sábado, 5 de marzo de 2022

22-03-05 Mas negocio con la guerra.

 

La guerra en Ucrania ha estallado. Una guerra más de las muchas, solo que en esta hay una potencia nuclear de por medio.

Una mala política de años nos ha llevado a esta situación y ahora nos planteamos preguntas simples como si participar en la guerra o no. Charlatanes y más charlatanes debaten en los distintos medios de comunicación sin entrar en las malas políticas anteriores.

Ahora nos sale el presidente del gobierno diciendo que si algo se quiere algo cuesta y que vamos a tener que pagar todos nuestra oposición al cacique ruso. Y nos vuelve con las viejas recetas, que si hay que moderar sueldos, moderar beneficios de las empresas…

Nos dice que los precios van a subir pero que esto lo debemos de asumir para poder luchar contra el dictador. Sí, todos lo pagamos pero ¿Quién se beneficia? ¿Quién se lleva el dinero de los incrementos de precio? ¿Si todos nos apretamos el cinturón porque suben los precios?

¿Se beneficia el agricultor, el ganadero o el pequeño fabricante? No estos pueden quizás vender a mejor precio pero también tienen que pagar sus costes a más alto precio.

¿Se benefician los estados? Tampoco pues tienen que endeudarse mucho más dando subvenciones y ayudas.

¿Quién se beneficia? Pues como siempre los especuladores, los que están en oficinas lujosas, bien vestidos, sin crear ni un ápice de riqueza pero llenándose los bolsillos de dinero. Se llenan los bolsillos los oligopolios, empresas que controlan sectores fundamentales y que pueden jugar con el mercado a voluntad.

Tras todos estos pensamientos cabe pensar. ¿Al igual que el estado nos impone una norma detrás de otra para poder vivir en sociedad y nos sube los impuestos lo que haga falta para mantener esa sociedad del bienestar, porque no regula los mercados especialmente en estos momentos tan críticos para mantener esta sociedad? ¿Por qué saltan enseguida los políticos diciendo que el liberalismo económico no se puede tocar y que él solo se autorregula? ¿Por qué esa facilidad para imponer cargas al ciudadano y esa complicación para poner normas a los mercados poderosos?

Hace falta una solidaridad mundial para luchar contra el dictador. Todos los países salvo unos pocos se alían contra el maligno pero los precios suben y no se puede hacer nada.

Ahora sube la luz y ¿Quién se beneficia?

En la manipulada e interesada normativa eléctrica europea se introdujeron dos mercados especulativos. Es un sector básico y estratégico para mantener la calidad de vida de los ciudadanos pero se mete a los tiburones de la especulación para hacer negocio. Se crea el mercado del CO2 y el mercado de la energía.

Lo del mercado del CO2 es de traca. Me parece muy bien que se quiera penalizar las energías sucias. Estupendo pones un impuesto y quien las usa paga. Sin embargo no se hace así; se crea un mercado de venta de derechos de contaminación. Ahí entran los especuladores que empiezan a comprar y vender esos derechos y a ganar dinero. ¿Quién se queda el beneficio? ¿El estado? No, se lo llevan los especuladores. ¿Llegan los malos tiempos? Perfecto, a subir precios.

El mercado de energía es perverso. Los generadores ofrecen energía, los distribuidores presentan sus necesidades, se reparten las energías disponibles y se venden ¡Al precio de la energía más cara! Perfecto, llega el conflicto, unos suben el gas en mercados especulativos  que no tienen alma ni convicciones ni preocupación por la sociedad y los otros venden toda, y digo toda la energía, al precio carísimo del gas. Perfecto, las grandes empresas controladoras de la energía frotándose las manos. ¡Que viva el conflicto!

¿Y qué hace el gobierno? Nada, decir que eso es cosa de Europa?

¿Y qué dice la camarilla europea? Nada, que ellos no pueden hacer nada. Ellos mismos han regulado esos mercados bajo dictado de las empresas (según ellos los expertos en el sector) pero no pueden intervenir en esos mercados.

¿Y cómo decora el gobierno el problema? Pues bajando los impuestos a la energía. ¿Y que supone esto? Que la oligarquía eléctrica aumenta sus beneficios y los impuestos que han bajado los tendrán que seguir pagando los ciudadanos probablemente bajo otro concepto todavía más indiscriminado. A lo mejor no los pagan pero sube la deuda pública que al final tendrán que pagar los ciudadanos y con intereses.

Estos comentarios los podemos extender a los combustibles, a la alimentación…

¿Esto es apretarse todos el cinturón?

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