Esta semana hemos contemplado perplejos la actualidad.
Hemos visto en primer lugar como subían los precios de la energía a niveles insospechados a pesar que en ningún momento se ha cerrado ninguna de las fuentes. Como siempre el mercado especulativo ha empezado a subir precios a pesar que seguimos consumiendo combustibles rusos lo que supone que ninguna de las fuentes de energía ha disminuido. Además las grandes empresas y los especuladores han aplicado los precios altos inmediatamente cuando ese precio se aplica a combustible que se venderá dentro de unos cuantos meses.
Como siempre el gobierno ha mirado para otro lado frente a estas especulaciones y la camarilla europea otro tanto de lo mismo. El gobierno se ha limitado a decir que hay que ser solidarios y apretarnos el cinturón y bajar la temperatura de nuestras casas. ¿Y la solidaridad de las grandes empresas y los especuladores?
Se supone que la ciudadanía es soberana y delega todo el poder a los gobiernos para que les defienda y les proporciones una vida agradable. Les da todo el poder y en casos de guerra mucho más. ¿Cómo entonces el gobierno nos dice que no puede hacer nada? ¿Entonces quien gobierna? Alguien puede decir que gobierna la camarilla europea a la que nadie hemos elegido. Sin embargo también la camarilla europea dice que no puede (o quiere) hacer nada. ¿Entonces gobiernan las solidarias petroleras? ¿Quizás gobiernan los yupis de los mercados financieros?
Muchos sectores que llevan ya años con los rendimientos cada vez más limitados comienzan a parar sus negocios ante la imposibilidad de obtener beneficios con el precio de la energía tan alto. Los pescadores, agricultores transportistas… ven imposible continuar trabajando. No pueden continuar ni un día más que les suponga perder dinero y el gobierno les dice que tengan paciencia.
Alucinados ante tantos problemas inesperados pensábamos que no se podían esperar más sorpresas. Sin embargo nos encontramos que el gobierno demoniza y criminaliza a los transportistas que han iniciado un paro patronal. Los transportistas paran ante la imposibilidad de continuar a perdidas y el gobierno les echa las culpas de los problemas que se generan. No echa las culpas a los especuladores, no echa las culpas a los oligopolios, tampoco se culpabiliza a sí mismo por ser incapaz de dar una solución al problema ante una situación que consideran de guerra. Se dedica a hacer una campaña informativa contra los transportistas y hacer una serie de artimañas como la de reunirse con las grandes plataformas logísticas que no han convocado la huelga. Tiene el arrojo de decir que darán una solución dentro de quince días. ¿Se puede esperar?
¿A quién defienden? ¿Quién gobierna?
De todas formas van a acabar de conseguir lo que se proponen. Desaparecerán los pequeños transportistas, solo quedarán las grandes empresas logísticas. Desaparecerá el pequeño agricultor, solo quedarán cuatro grandes empresas que cultivarán grandes superficies y el resto quedará abandonado. Desaparecerán los pequeños pesqueros y quedarán cuatro grandes buques factoría que arrasarán el mar. No quedará pequeño comercio, solo cuatro grandes cadenas de distribución. ¿Pero se han parado a pensar quien va a poder comprarles algo?
Podemos pensar que esto lo permita un gobierno de derechas pero que lo permita uno socialista… ¿O quizás el partido del gobierno tiene una pesada ultraderecha de antiguos cargos políticos apoltronados en altos cargos y consejos de administración de grandes empresas?
Dicen que los que somos críticos con el gobierno defendemos a Putin. ¿A quien defienden ellos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario