La nueva noticia de moda estos días es la maldad de los
plásticos. Alguien ha lanzado la noticia y todos los periodistas se han puesto
a repetir lo malos que son los plásticos y como están destrozando el mundo. Y
no es erróneo aunque llama la atención que de golpe se tome esto tan en serio
cuando durante años se ha mirado para otro lado.
Pero conviene considerar varias cuestiones:
¿Nos hemos planteado cuanto nos ha mejorado la vida los
plásticos? ¿Nos hemos planteado cuantas cosas de plástico tenemos alrededor que
nos han dado comodidad, higiene y nos ha permitido poseer multitud de objetos
ligeros y baratos?
¿Podemos pensar en un hospital sin plástico; sin bolsas para
sueros y medicamentos, sin tubos de plástico para inyectarnos los medicamentos
o la alimentación? ¿Pensamos en las jeringas de plástico que han permitido no
tener que reutilizar jeringas de cristal en las que estaba más que cuestionada
su esterilización?
Podemos también pensar en los coches por ejemplo. Imaginemos
si solo dispusiéramos de hierro, madera y tejidos para hacerlos. ¿Cuánto más
pesado sería y cuanto más combustible gastaría? Imaginemos también si todo el
profuso cableado de un coche tuviera que tener forro de tela como antiguamente.
¿Cuánto más peligroso sería? ¿Cuántos cortocircuitos se producirían?
Las telas sintéticas como polímeros que son se pueden
considerar plásticos. ¿Cuánta comodidad y disponibilidad de ropa nos ha dado?
En cualquier ámbito de nuestra vida los plásticos nos han
dado calidad de vida.
Si es cierto que, a ciencia cierta, nos hemos pasado de
vueltas y ahora despilfarramos plástico como otras muchas cosas. También es
cierto que nuevos conocimientos nos pueden dar otras posibilidades que
sustituyan al plástico o lo mejoren y esto es en lo que hay que trabajar.
Otra cuestión que hay que plantearse es que el plástico en
general es fácil de separar del resto de basuras. Cuando reciclamos nos
planteamos muchas dudas sobre donde hay que verter muchos productos de desecho.
Sin embargo con el reciclado de envases no suelen surgir dudas.
El problema viene en objetos que tengan mezcla de materiales
y no se pueden desmontar con facilidad. Aquí surge el tema de la sociedad de
consumo. Cuanto plástico difícil de reciclar al estar mezclado con otros
elementos ahorraríamos si una lavadora o una nevera o un coche duraran como los de antes. ¿Cuánto
plástico ahorraríamos si los productos de consumo se hicieran para que duraran
y no para que cada poco compremos uno nuevo? Todos hemos oído hablar sobre las
empresas que ponen chips suicidas a los aparatos electrónicos para que los
tengamos que tirar cada cierto tiempo. También hemos oído que hacen las
bombillas para que duren poco o las medias con fibras defectuosas para que se
estropeen antes. ¿Qué han hecho los gobiernos para impedir esto?
Si se llevan los plásticos a otros países para verterlos sin
más casi seguro son los tirados para reciclar. No creo que ninguna empresa vaya
cogiendo los plásticos de las calles, los ríos o el mar para llevarlo a otros
países para verter. Tampoco creo que se pongan a separarlos de basura no
reciclada. ¿No será que empresas con pocos escrúpulos compran el reciclado de
plásticos y luego lo envían a otros países porque les sale más baratos
tirarlos? ¿La globalización que tanto propugnan los estados y las empresas no
están favoreciendo esto? ¿La falta de globalización social no está permitiendo
que la miseria de muchos países favorezcan estos vertidos? Llama la atención
también cuantas empresas de reciclaje, sospechosamente, se incendian. También
recordamos esos reportajes de Italia en las que la mafia controla los
vertederos de basura.
Hace años los plásticos eran difícilmente biodegradables. Se
legisló para que los plásticos fueran fotosensibles y se descompusieran en poco
tiempo. Ahora esto crea el problema de las sopas de plástico en los mares. El
plástico se descompone y se reduce a partículas de poco tamaño que crean en el
agua una sopa difícil de recoger y fácilmente ingerible por los animales
marinos. A veces medidas presuntamente ambientales llegan a ser
contraproducente y fomentan la producción de más plásticos con lo que hay más
negocio.
¿Es más ecológico usar bolsas de papel que plático? ¿Cuántos
árboles se cortarán para este papel? ¿Cuánto papel no se reciclará por estar
mojado o manchado?
Durante muchos años se legisló contra la venta de graneles
por motivos higiénicos y para evitar adulteraciones. Sin ir muy lejos, hace
pocos años se prohibió presentar aceites y vinagres en los bares que no fueran
monodosis. ¿No se pensó en el aumento de envases de plástico? ¿Realmente se
pretendía aumentar la higiene y calidad o vender un producto más caro y hacer
más negocio?
En resumen:
¿No será más importante frenar la sociedad de consumo?
¿No será más importante controlar las empresas de reciclaje
y vertidos? ¿No pueden las aduanas controlar ese tráfico de basuras?
¿Es bueno despistar a la gente hablando de estas soluciones
mientras las realmente importantes no se tratan? ¿Nos manipulan?